En verano mucha gente deja de tomar té porque la idea de una bebida caliente a más de 30 grados le parece inconcebible, aunque les veas tomando café (grandes incógnitas de la humanidad) pero un té frío en agosto resulta tan apetecible o más que uno caliente en diciembre.
Lo que es cierto es que no todas las infusiones y tés tienen el mismo gusto en frío que en caliente, y mientras unas mejoran otras quedan un poco como el final de la séptima temporada de Buffy (mejor no perder el tiempo con ello)
En Tea Shop han sacado una versión específica para la temporada estival, donde hay modalidades para todos los gustos.
5 latitas de unos 20 gramos, en las que viene indicado el tiempo que hay que infusionar cada una de ellas para que sea más fácil y no amargue el sabor y que se le saque todo el partido.
Una de las modalidades de té que no puede faltar en esta selección es el moruno, uno de los más consumidos en el mundo y adaptado específicamente a las condiciones climáticas de Marruecos, ya que cuando llegaron los ingleses con el té, los marroquies se les debieron quedar con cara de: "Pero, tú has visto qué calor hace aquí, o el sol te ha derretido el termómetro".
Por ello lo adaptaron añadiendo hierba buena, que resulta muy refrescante.
Éste además lleva aceite de menta, con lo que el frescor es doble.
En mi caso lo tomo de manera tradicional, es decir, en caliente y poco a poco, ya que así es el mejor sistema para quitar la sed y la sensación de calor. Puede sonar a locura, pero funciona.
Además del sabor, hay que destacar el gran poder diurético que tiene.
Uno de los problemas que presentan los termómetros que marcan 40º, es que te dan mucha sed y como te lies a beber té, la teína puede hacer que sientas que la noche es joven y no te quieras ir a la cama, aunque tengas que levantarte a las 6 de la mañana. El rooibos es la solución.
Una bebida que pueden tomar hasta los niños y que ayuda a remineralizar los dientes, proteger el estómago y combatir el dolor de garganta. ¿Se le puede pedir más? que esté delicioso y éste lo está.
Una de las primeras cosas que destacan es el aroma de la frambuesa, que le da un sabor característico y es el que predomina.
No me gustan los rooibos que tienen un sabor muy marcado a rooibos y este es muy frutal, así que perfecto para tomar a cualquier hora.
También tiene trocitos de coco, corteza de naranja, polen de miel, hojas de zarzamora, flores de aciano y aroma.
El Pai Mu Tan es reconocido por sus propiedades, de hecho hace siglos sólo podía ser consumido por los emperadores y había que recolectarlo con guantes y tijeras de oro.
Tiene calcio y fluor, es antioxidante y mejora las defensas.
Al tener un contenido escaso de teína se puede tomar casi a cualquier hora.
Es dulce, frutal y con ese toque ligeramente ácido de la piña. Además lleva flores de girasol que alegran la mezcla.
Las infusiones frutales son la mejor opción para evitar el abuso de refrescos y demás bebidas azucaradas. Un aliciente para ingerir líquidos en los meses que más lo necesitamos y que no nos salga el agua por las orejas tipo fuente.
Tiene un precioso color granate proveniente del hibisco y como podéis ver en la foto, la fruta se ve y se siente.
Un placer añadido es comerse los trocitos de frutas tras infusionarlos, son como gominolas premium.
Contiene piña., papaya, pasas y corteza de naranja además de rosa mosqueta.
La mezcla que menos me ha llamado la atención es la de Noches de verano.
Es una infusión con té verde y té negro que lleva flores de aciano, jazmín, girasol, margaritas, piel de limón y pétalos de rosa.
Esa amalgama de flores y té me resulta fuerte pero todo hay que decirlo, es una de las creaciones de Tea Shop que más éxito tienen al llegar el calor y que además es de edición limitada.
Aún está a la venta en las tiendas de Tea Shop y en su
web, pero es una edición limitada y se agotará pronto