Si se trata de pensar en lo que más le gusta a los alemanes lo primero que me viene a la cabeza es cerveza y lo segundo los mercadillos navideños y aunque tengo ganas de volver a ver ambas cosas de nuevo en Alemania, por el momento me conformo con coger el metro a Colón e ir a ver el mercadillo de navidad que preparan en la iglesia evangélica alemana.
Es una ocasión perfecta para poder practicar el alemán, disfrutar de la arquitectura y comprar alguna ganga.
Una de las secciones donde se pueden encontrar cosas a muy buen precio para la casa: licoreras, jarrones, teteras, tazas, bandejas, cuadros...sólo hay que tener un poco de paciencia y buen ojo para encontrar algún detalle más que interesante.
No falta la sección de artesanía, con collares, broches...
Y es casi un crimen ir y no comprar algún dulce casero como las galletas, las mermeladas...
Una de las secciones que también tiene mucho éxito es la de ropa de segunda mano, donde te puedes comprar una chaqueta por 3€ o prendas de bebé por 1€.
Y después de la visita, nada mejor que recuperar fuerzas con la comida.
El mercadillo estará abierto hasta mañana y parece que en semana santa hay otro, así que una nueva cita que apuntarse en la agenda.