Desde que vi My Mad Fat Diary empecé a ver alguna serie británica, reconozco que es un acento que me cuesta y son un buen ejercicio para hacer oído.
La serie te sorprende desde el primer momento por el uso de los colores, las escenas que parece que no tienen sentido hasta que poco a poco todo se va esclareciendo, una sensación de conspiración continua, un uso de la violencia con cierta semejanza a Funny Games en la primera temporada y mucho más explícito en la segunda, personajes por así decirlo "especialitos" y un argumento delirante pero con ese punto inquietante y descorazonador de que podría ser más real de lo que nos gustaría.
Una novela gráfica, llena de experimentos, escrito por un maniaco depresivo es el punto de unión de cuatro frikis que verán cómo les cambia la vida y les lleva a situaciones que nunca creyeron posibles.donde te demuestra que nunca sabes qué podrás llegar a hacer cuando te sacan de tu zona de confort y te sientes presionado.
Mentiras, amor, poder, asesinatos, experimentos médicos y mucha locura hacen una mezcla que impide que puedas dejar de mirar la pantalla por un segundo.
La serie es muy breve, sólo 6 episodios trepidantes en los que te gusta desde la música del inicio hasta la del final, pasando por el humor negro, la sociopatía de algún personaje y un argumento que no deja de sorprenderte.
Este mes de julio se estrenó una segunda temporada, que si bien ha sido criticado por algunos por innecesaria me enganchó mucho más que la primera y me dejó con ganas de una tercera.